El clasismo que hoy se expresa en “la lucha contra el modelo económico
en la tercera fase del imperialismo y contra las implicaciones ideológicas,
políticas y sociales del neoliberalismo; por la defensa de los derechos del
pueblo, por la solidaridad internacional de la clase obrera, por la vida, la
soberanía, la tierra y el territorio y por la búsqueda de otra Colombia
posible”, debe continuar teniendo entre
sus banderas la defensa de los derechos de Asociación, Negociación y Huelga,
como una triada inseparable que garantice el ejercicio pleno de los Derechos
Sindicales.
Ejercer los Derechos Sindicales plenamente
debe ir de la mano con garantías legislativas y Estatales que hoy aún no se
presentan en Colombia: La tasa de
afiliación en Colombia es tan solo del 3.8% y solo el 2% de los afiliados está cubierto
por algún tipo de convenio colectivo (Convención, Pacto); en el 2012 se
convocaron 147 tribunales de arbitramento pero en contraste, en ese mismo año
se realizaron 18 huelgas; ese derecho no le es permitido a quienes brinden “servicios
públicos esenciales”, figura que el gobierno ha utilizado para caracterizar servicios
sin los cuales podríamos vivir temporalmente, para impedir así que los
trabajadores usen este recurso. Desde el
año pasado el Ministerio de Trabajo y el gobierno nacional vienen avalando que
multinacionales como la Drumond realicen consultas a obreros en el
extranjero para levantar ilegalmente y a la fuerza la huelga de los
trabajadores del sector minero energético.
Los índices de tercerización
laboral siguen siendo muy altos y se siguen presentando incluso en el
desarrollo de funciones misionales de las empresas, convirtiéndola no solo en
una práctica ilegal sino además en un mecanismo para restringir la tasa de
sindicalización y limitar el ejercicio de la huelga.
La razón de ser del sindicalismo, de su
existencia, es precisamente para defender los derechos de los trabajadores,
garantizarles una vida digna a ellos, sus familias y por tanto al conjunto de
la sociedad, donde la corriente clasista juega un importante rol de manera tal
que ese sindicalismo, de la mano de otros demócratas y revolucionarios pueda
transformar profundamente la sociedad, a favor de las clases oprimidas y de los
menos favorecidos de este país.
Por todas estas razones, apoyamos y
participamos decididamente en todas las luchas que nuestro pueblo emprende,
incluyendo la defensa del derecho a la huelga de todos los trabajadores, teniendo
como consigna la lucha por conquistar, construir y mantener “el poder, la
democracia popular y el socialismo”.
¡EXIGIMOS DEL
ESTADO GARANTÍAS PARA EJERCER EL DERECHO A LA HUELGA!
¡VIVA LA
CLASE OBRERA Y SUS JUSTAS LUCHAS!
Pereira, febrero 18 de
2015.
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