lunes, 19 de mayo de 2014

COMUNICADO EN SOLIDARIDAD CON LAS Y LOS TRABAJADORES CARTAGÜEÑOS


El neoliberalismo ha cultivado la idea de que las empresas del Estado deben ser rentables; si bien es cierto que dichas empresas deben tener un manejo transparente y que además deben brindar un muy buen servicio a los ciudadanos, se debe considerar que como empresas públicas, su rentabilidad es para garantizar el funcionamiento y proyección económica y así cubrir necesidades de la población como salud y hospitales, parques, colegios, calles, infraestructura municipal, cultura, entre otros. Por ende, el retorno de la inversión en las empresas Estatales es eminentemente social y cultural, lo cual las convierte en patrimonio público.

No obstante, la visión tecnocrática de los neoliberales sobre la rentabilidad económica ha llevado a que en diferentes latitudes de nuestro país se privaticen las empresas a través de diferentes vías como darlas en concesión, venderlas, cambiarlas a economía mixta, fusionarlas, escindirlas, entre otras, e incluso cualquier excusa para cumplir su acometido les sirve sin importar si sus argumentos son contradictorios; por ejemplo, si las empresas se están quebrando ¡Hay que privatizar!, pero si están dando muchas ganancias, también ¡Hay que privatizar!

En Cartago - Valle, las y los cartagüeños vienen padeciendo de este mal, el cual se profundiza porque además de los problemas administrativos y laborales se suman la criminalización de la protesta popular y la violencia generalizada, fruto de fenómenos como la corrupción, el paramilitarismo y el narcotráfico.

De un lado, los medios de comunicación han informado por ejemplo que: “la salud en el departamento del Valle continua en cuidados intensivos, esta vez el afectado resultó ser el Hospital Departamental de Cartago debido a un embargo de cuentas bancarias por parte de las Empresas Municipales de Cartago, Emcartago, debido a que le adeudan una suma superior a los $1.200 millones.”[1] 

De otro lado, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios reportó que: “Emcartago S.A. E.S.P. fue intervenida el 18 de marzo de 2014, por presentar una situación financiera crítica, pues carece de información contable confiable, indispensable para la toma de decisiones; tiene un déficit de caja que dificulta el pago del pasivo a corto plazo y presenta pérdidas operacionales y netas elevadas.  Lo anterior ha generado el incumplimiento en el pago de sus obligaciones en el Mercado de Energía Mayorista MEM, ocasionando la limitación del suministro de energía a Emcartago y a su vez la suspensión del servicio a sus usuarios, lo que constituye un evidente riesgo en la continuidad de la prestación del servicio.  De otro lado, y en razón a que con el recaudo por concepto de acueducto y alcantarillado, se ha tratado de cubrir la deuda de energía, Emcartago S.A. E.S.P. ha incumplido reiteradamente con sus compromisos de inversión en infraestructura de agua y saneamiento, poniendo también en riesgo la continuidad de estos servicios.”[2] 

A esta problemática se suma ahora que en medio de la lucha que vienen adelantando los trabajadores afiliados a SINTRAEMSDES Subdirectiva Cartago por defender el patrimonio público de sus coterráneos y exigir mejores condiciones laborales, ya han recibido varias amenazas contra sus vidas e incluso fueron víctimas de un atentado el pasado 16 de mayo que segó la vida de su compañero y ex directivo sindical, EMILIO APONTE[3], dejando gravemente heridos a su esposa e hijo.  

Para las y los compañeros de SINTRAEMSDES, familiares y amigos, presentamos nuestro más sentido pésame por este lamentable deceso; pueden estar seguros que cuentan con nuestra organización acompañando las justas luchas que ustedes o cualquier otro sector emprendan por la defensa de los derechos del pueblo.


¡NI PERDÓN NI OLVIDO!


Fragmento:
 “Memorial de Tlatelolco”

Rosario Castellanos

“…Ay, la violencia pide oscuridad porque la oscuridad engendra el sueño y podemos dormir soñando que soñamos. Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria. Duele, luego es verdad. Sangra con sangre y si la llamo mía traiciono a todos.

Recuerdo, recordemos.

Esta es nuestra manera de ayudar a que amanezca sobre tantas conciencias mancilladas, sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta, sobre el rostro amparado tras la máscara. Recuerdo, recordemos hasta que la justicia se siente entre nosotros.”